LA SAL DE LA TIERRA
Este
es un libro bastante interesante, por el hecho de conocer un poco mas de
nuestro actual Papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger). Sobre todo desde su
trabajo como cardenal, a mi parecer se maneja excepcional en esta entrevista y
responde como un verdadero defensor de la fe. Es un hombre fascinante de
escuchar. En el comienzo de este libro hay una pregunta y mas que la pregunta
es la respuesta que da el cardenal al periodista:
¿Cuantos
caminos hay para llegar a Dios?
Tantos
como hombres. Porque, incluso dentro de una misma fe, cada uno tiene su propio
camino personal. Tenemos las palabras de Jesucristo: “Yo soy el camino”. Así que,
en definitivo, hay un solo camino y todo el que se dirija a Dios ya está de
algún modo en ese camino, que es Jesucristo. Pero no significa que conscientemente,
voluntariamente, todos los caminos sean idénticos, significa que ese único
camino que es tan ancho que puede convertirse en el camino personal de cada
hombre. Ahora haremos mención de cuatro preguntas de cada capitulo de este
libro para ilustrarnos un poco.
CAPITULO I: LOS PROBLEMAS DE LA IGLESIA CATOLICA.
-Usted como prefecto y no como sacerdote como
cura de almas. ¿Se puede aceptar, por ejemplo, que un sacerdote que trabaje con
los jóvenes argumente o actué de forma diversa de lo que debería hacer si
dirigiese la congragación para la doctrina de la fe?
Sí.
Naturalmente. En todo caso, es bueno que argumente y hable en términos
diferentes, porque si no, los jóvenes no entenderían su mensaje. Cada
generación tiene un estilo al que hay que adaptarse. La fe es un camino y hay
que adaptarse a sus distintas etapas. Lo que nos tiene que mantener a todos
unidos no son las opiniones personales ni las colectivas que hoy en día estén
en boga, sino que tanto los fieles creyentes como los sacerdotes estemos unidos
en la fe de la Iglesia y sigamos transmitiendo su contenido con fidelidad.
-No se ha conseguido nunca recibir recetas felices
de usted. Desde hace un par de décadas, usted se situá contracorriente. Sin
embargo, ¿no se pregunta nunca si eso será conveniente, si estará puntualizando
bien las cosas o, incluso, si en sus declaraciones se estará expresando
conforme a las necesidades de nuestro tiempo?
Esas
preguntas me as planteo a diario. Gracias a Dios, hay otros que saben
expresarse mejor que yo, que saben hacer las cosas mejor que yo y que suplen o
que yo no he sido capaz de hacer. Poco a poco, uno se va conociendo mejor y
también conoce las limitaciones de sus propias facultades. Incluso se percibe
claramente que solo es una parte de un
todo. Pero uno también se va dando cuenta de que junto a los que
reflexionan, y a los que se es ha confiado ministerios, deben existir, sobre
todo, los carismáticos, los que saben iluminar las vidas de los demás. Por esto
intento tener presente, de manera constante, de que todo lo que yo puedo hacer
sólo tiene significado en el ámbito de un contexto mas grande, y que, por
tanto, la autocritica es importante.
-¿existe para usted
algo que sea un poco como la pregunta de todas las preguntas? Si le pudiera preguntarle
a la cultura mundial ¿que le preguntaría exactamente?
Le
haría la pregunta que se hace todo el mundo: ¿Por qué es así el mundo, que
significado tiene el dolor en el mundo, por que tiene tanto poder el mal en el
mundo, siendo Dios todo poderoso?
-¿se lleva bien con
su propia vida, le gusta, es un hombre feliz?
Sí.
Estoy muy conforme con mi vida, porque, además, vivir contrariado con la propia
vida con uno mismo no condese a nada, no tiene sentido. Y, aunque de manera
diversa da lo que yo había pensado y esperado, he podido hacer algo sensato. Así
que estoy muy agradecido a la vida y, sobre todo, a lo que ha sido la voluntad
de Dios para mí.
CAPITULO II: LOS PROBLEMAS DE LA IGLESIA CATOLICA.
-La discrepancia
entre fe y sociedad también procede de que la sociedad pretende poner a prueba
la plausibilidad-la utilidad-, en nuestros días, de la Iglesia, de la historia
y de su doctrina. Pero ¿ese planteamiento es equivocado?
Si
lo que se busca realmente es una explicación razonable de la fe, no se trata de
un planteamiento equivocado; es más, desde el principio forma parte de la
predicación cristiana. La fe solo podría penetrar y extenderse por el mundo
como misión, si era fácil de entender, si podría iluminar a las gentes. Pablo
podía hablar en las sinagogas no solo a lo judíos, sino que habló también a los
llamados temerosos de Dios, es decir, a los gentiles que reconocían al Dios
verdadero en el monoteísmo de Israel. Y al hablales del demostraba que el judaísmo
y el paganismo monoteísta, influido por el judaísmo, solo llegarían a su
plenitud con cristo. En este sentido, el esfuerzo del cristianismo por dar
siempre respuestas razonables es algo sustancial.
-En ese
caso, permítame que abordemos el tema que los protestantes resolvieron cortando
por lo sano: el dogma de la infabilidad. ¿Qué dice ese dogma exactamente? ¿se puede
deducir de él correctamente que todo lo que el papa dice es, automáticamente,
sano y verdadero? Quiero formularle esta pregunta al inicio de este capitulo
sobre las criticas, porque es un asunto, que por diversas razones, continua suscitando
debates.
Al
formular la pregunta, se ha formulado también el error. Ese dogma no significa
que todo lo que diga el Papa se infalible. Significa, exactamente, que en el
cristianismo, en la fe católica en todo
eso, hay una última instancia que decir. Significa que el papa tiene autoridad
para decidir, con carácter vinculante, en las cuestiones esenciales, y que
nosotros, en definitiva, podemos tener la certeza de que la herencia de Cristo
se ha interpretado correctamente. Esa vinculación esta, de un modo u otro, en
todas las comunidades de creyentes, aunque no estén vinculadas al papa.
-Extrañamente
no hay nada que enfade más a la gente, que la vieja cuestión sobre el celibato.
Aunque solo afecte a una mínima fracción de la Iglesia, ¿Por qué existe el
celibato?
Va
muy unido unas palabras de cristo. Hay alguno-dice- que renuncian al matrimonio
por el reino de los cielos y ofrecen toda su exigencia en testimonio del reino
de los cielos. La Iglesia llego muy pronto la concisión e que ser sacerdote es
dar leste testimonio por el reino de los cielos. En el antiguo testamento, el
sacerdote tenía una situación paralela, aunque de otra naturaleza, que sirve de
cierta analogía. Israel se instala en la tierra prometida. […]. Esta figura del
antiguo testamento que deja a la tribu de los sacerdotes sin territorio y que,
podría decirse, sólo vive de Dios, y, por tango, da verdadero testimonio de Él,
se tradujo más adelante como unas palabras de Jesús que venían a decir que, en
la vida del sacerdote, su tierra es Dios. Actualmente nos resulta difícil entender
el carácter de esta renuncia, porque la relación con el matrimonio y los hijos
ha sufrido un gran cambio […].La renuncia al matrimonio y a una familia habría
que contemplarle bajo este punto de vista: “renuncio a algo que para los demás
no solo es algo normal, sino lo mas importante,
renuncio a traer nuevas vidas al árbol de la vida, para vivir con la
confianza de que solo Dios es mi heredad, y contribuir así a que los demás
crean en la existencia del reino de los cielos. Así, no sólo con palabras, sino
con mi propia existencia, daré testimonio de Jesucristo y su evangelio,
entregaré mi vida para que Dios disponga de ella. El celibato, por tanto, tiene
doble sentido, cristológico y otro apostólico. No se trata de ahorrar tiempo-como
no soy padre de familia, dispongo de más tiempo-, aunque sea verdad, eso seria
una Visión demasiado banal y pragmática. Se trata de una existencia que lo
juega todo a la carta de Dios, y renuncia a lo que normalmente convierte la
existencia humana en una realidad madura y comprometedora.
-Señor
cardenal, muchos creyentes no entienden la posición de la Iglesia con respecto
a los anticonceptivos. ¿Entiende que no lo entiendan?
Sí.
Claro que lo entiendo, porque es un tema, verdaderamente complicado. Con las
dificultades del mundo actual, con las proporciones de las viviendas y por otras
muchas razones, en principio, es muy comprensible que el número de hijos no
pueda ser muy alto. Pero no se puede plantear este tema desde la casuística
individual, sino que debemos considerarlo conociendo primero cuales son las
grandes intenciones que la Iglesia tiene a la vista.
CAPITULO III: EN LOS
UMBRALES DE UNA NUEVA ÉPOPCA
-¿Con
eso quiere decir que Dios tiene poco poder sobre este mundo?
En
cualquier caso, no ha querido ejercer su poder como a nosotros nos abría
gustado. Lógicamente, en este weltgeist, en este espíritu de la época, yo
también me haría esa pregunta que usted me hace: ¿Por qué Dios se muestra tan débil?, ¿Por qué solo
reina de ese modo tan extrañamente débil, y acaba en la cruz, como un fracasado?
Es evidente que quiere reinar así, ésa es la forma divina del poder. Dominar
por imposición, con un poder conseguido con la fuerza y la violencia, no es la
forma divina de poder.
-¿Qué
significado tiene la existencia del mal en el mundo en la relación entre
redención y no redención?
El
mal adquiere poder precisamente por la libertad del hombre, configurando sus
propias estructuras. Porque, evidentemente, hay formas de l mal que presionan
al hombre y pueden bloquear su libertad,
llegando, incluso, a levantar un muro que impida la penetración de Dios en el
mundo. Pero Dios no venció al mal en Cristo en el sentido de que este no pueda
poner a prueba la libertad del hombre; sino que Dios se ha ofrecido a tomarnos
de su mano y guiarnos, pero sin obligarnos.
-¿siguen
siendo los judíos la cuestión principal para el mundo, como se dice en la
Biblia?
No
sé muy bien a qué lugar de la Biblia hace referencia con su pregunta. En
cualquier caso, como primeros portadores de la promesa –y por tanto como el
pueblo, que vivió la fase más fundamental de la Biblia- se encuentran sin duda
el centro de la historia universal. Siendo un pueblo tan pequeño, que podría
pensar que no es muy importante; pero lo cierto es que en todas las épocas de
la historia, y en la nuestra de modo especial, se ha demostrado que este pueblo
tiene algo de especial, y que las grandes decisiones de la historia del mundo tienen
casi siempre alguna relación con los judíos.
-la idea de que un
obispo africano o suramericano llegue a la santa sede nos ha dejado de parecer
extraño.
Efectivamente.
En el colegio cardenalicio es fácil imaginar que se elija a un africano o, al
menos, a alguien de un país no europeo. Otra cosa es como aceptaría la
cristiandad europea esa elección. Porque lo cierto es que , a pesar de todas
las manifestaciones a favor de la igualdad de razas y de la condena a la
discriminación racial, sin embargo, hay cierta autoconciencia europea que
emerge en los momentos críticos. Pero yo pienso que los cardenales solo se
plantearían quien es la persona más idónea, sin importarles su color de piel o
el país de origen.
En
forma de síntesis de este libro podría decir que; el periodista Peter Seewald
realiza una muy bien estructuradas preguntas y es muy objetivo al momento de
intervenir, pero lo mejor de todo es la actitud, la forma y serenidad con que
el Cardenal Ratzinger responde a dichas preguntas, ya que lo hace desde un
ámbito totalmente eclesiológico y ante todo poniendo sobre cualquier cosa a la
fe, a la que él fue llamado a defender, custodiar. Aquí pudimos observar que se
desarrollaron temas de gran importancia y relevancia dentro del ámbito de la
Iglesia y de nuestro interés, esto a mi parecer se hace mas notable en el
segundo capitulo y la verdad quede muy conforme con los argumentos que planteó
el Cardenal. Aunque solo pude sacar cuatro preguntas de cada capitulo, puedo
decir que todas las preguntas son de interés y seria muy extenso abarcarlas
todas
En
conclusión este es un escrito que nos acerca más a la persona de Joseph Ratzinger, nuestro
actual papa y nos da la certeza que nuestra Iglesia está bien custodiada y
dirigida. Nos invita también a que nosotros defendamos nuestra fe y nuestra
Iglesia para que siempre seamos LA SAL DE LA TIERRA.